ateşler saçarak genç ve çıplak düşgücü tutuşurken. Oturmuş inliyor eşikte Camborioların'ın Rosa üstünde tepsinin kesik memeleri.
Acto tercero
Voy a descansar sin despertarme sobresaltada, para ver si la sangre me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre. ¿Qué queréis saber? No os acerquéis, porque he matado a mi hijo, ¡yo misma he matado a mi hijo!
Sayfa 111 - Catedra Letras Hispánicas
Reklam
Acto tercero
— Cuando se tiene sed, se agredece el agua. — Yo soy como un campo seco donde caben arando mil pares de bueyes y lo que tú me das es un pequeño vaso de agua de pozo. Lo mío es dolor que ya no está en las carnes.
Sayfa 107 - Catedra Letras Hispánicas
Acto tercero
Te busco a ti. Te busco a ti, es a ti a quien busco día y noche sin encontrar sombra donde respirar. Es tu sangre y tu amparo lo que deseo.
Sayfa 96 - Catedra Letras Hispánicas
Acto tercero
No hay en el mundo fuerza como la del deseo.
Sayfa 90 - Catedra Letras Hispánicas
— Todos los campos son iguales. — No. Yo me iría muy lejos. — Es todo lo mismo. Las mismas ovejas tienen la misma lana. — Para los hombres, sí; pero las mujeres somos otra cosa. Nunca oí decir a un hombre comiendo: qué buenas son estas manzanas. Vais a lo vuestro sin reparar en las delicadezas. De mí sé decir que he aborrecido el agua de estos pozos.
Sayfa 85 - Catedra Letras Hispánicas
Reklam
Acabaré creyendo que yo misma soy mi hijo. Muchas veces bajo yo a echar la comida a los bueyes, que antes no lo hacía, porque ninguna mujer lo hace, y cuando paso por lo oscuro del cobertizo mis pasos me suenan a pasos de hombre.
Sayfa 82 - Catedra Letras Hispánicas
Las mujeres cuando tenéis hijos no podéis pensar en las que no los tenemos. Os quedáis frescas, ignorantes, como el que nada en agua dulce y no tiene idea de la sed.
Sayfa 82 - Catedra Letras Hispánicas
Porque estoy harta. Porque estoy harta de tenerlas y no poderlas usar en cosa propia. Que estoy ofendida, ofendida y rebajada hasto lo último, viendo que los trigos apuntan, que las fuentes no cesan de dar agua y que paren las ovejas cientos de corderos, y las perras, y que parece que todo el campo puesto de pie me enseña sus crías tiernas, adormiladas, mientras yo siento los golpes de martillo aquí, en lugar de la boca de mi niño.
Sayfa 81 - Catedra Letras Hispánicas
La mujer de campo que no da hijos es inútil como un manojo de espinos, y jasta mala, a pesar de que yo sea de este desecho dejado de la mano de Dios.
Sayfa 81 - Catedra Letras Hispánicas
1.000 öğeden 1 ile 10 arasındakiler gösteriliyor.